martes, 3 de febrero de 2009

Luz


Ayer llegó la luz,
tras meses de tinieblas, escondida,
perdido todo atisbo de esperanza,
muerta la fe, dormida el alma:
como suele ocurrir con estas cosas
llegó sin avisar,
a última hora.

Y todos nos quedamos esperando
despertar de este sueño de reflejos.
Era real. Y penetró en los poros,
las esquinas, iluminó el futuro
llenando de colores un presente,
que siempre fue una foto del pasado.
Vino para quedarse
y nunca más marchó,
y sin embargo,
dibujó en nuestros pies,
como prolongación de nuestro cuerpo,
esta sombra serena y sigilosa,
que acompaña sumisa cada gesto,
que vigila y descansa,
que corre y nos espera y nunca se separa.
Asimismo recuerda,
que no siempre fue luz nuestro contorno,
oscura y gris tristeza, fue en un tiempo.
Si tu alma no se acuerda,
recuérdale que mire hacia tu sombra.

Es bueno no olvidar lo que se ha sido
para enfrentar con temple lo que hoy somos,
con menos terquedad,
y con más brillo.

No hay comentarios: