durante el cual,
nada vino a mi mente;
ningún agobio nuevo, ningún estrés,
tampoco hubo problemas, celos o hastío,
ni siquiera apareció la envidia,
el ego, la venganza o la muerte.
Un segundo sin nada,
vacío de aquello que la verdad encubre;
segundo fugaz e imperceptible,
en el que abrí los ojos y vi el campo,
el sol, la lluvia, el cielo...
Un segundo, tan corto y tan pequeño,
para enseñarme cómo he de vivir
el resto de segundos de mi vida.
2 comentarios:
Me encata.Es increíble como escribes.
Te sigo si?
Un besito
¡¡Cómo se pueden decir tantas cosas tan bonitas y "llenar" un segundo de esa manera tan magistral!!!!!!!!!
Me parece una joya.I.
Publicar un comentario